miércoles, 10 de diciembre de 2014

¿La calle es de todos?

El espacio público está en la esencia de lo urbano y es lo que finalmente da identidad y carácter a cualquier ciudad o pueblo, el que permite reconocerla y vivirla en sus sitios urbanos.

Desde siempre, y en todas las culturas, las calles, especialmente las plazas y, por supuesto, las zonas peatonales con mayor razón,  cumplen una función social. Son espacios públicos de encuentro, esparcimiento, juego, reivindicación y celebración que pertenecen a todos los vecinos, vivan o tengan su negocio allí mismo o no.

Los modos de vida han cambiado mucho en los últimos tiempos. Nuestro modo de vida se ha transformado y lo que antes era tiempo libre ahora tiende a reconvertirse en tiempo de consumo. Un claro ejemplo lo encontramos en los centros comerciales; lugares a los que se acude para disfrutar del ocio de un modo consumista aprovechando que ofrece espacios en los que deambular y jugar (convenientemente acotados y segregados) eso sí, siempre con un acceso y un fin declarado, fomentar el consumo en las tiendas


Fue durante el anterior gobierno socialista de Miraflores cuando se procedió a recuperar, poner en valor y mejorar, convirtiendo en peatonal parte del casco antiguo de Miraflores. De este modo esa pequeña parte de nuestro pueblo, gracias a su uso predominantemente peatonal se convirtió en un espacio libre pensado para el descanso, el paseo, el recreo y el entretenimiento.

Este proyecto también trajo un beneficio para los comercios de la zona, especialmente a los hosteleros, pues las zonas peatonales atraen a más visitantes. De todos modos es importante no confundir este efecto colateral con el fin perseguido por la peatonalización. Es de hecho obligación por parte de la administración pública, en este caso de nuestro equipo de gobierno municipal, prevenir y corregir las posibles invasiones privadas que puedan deteriorar la calidad de ese espacio público de todos.

Me parece que conciliar el paseo de familias con el uso de balones, bicis y monopatines es complicado pero no debe ser imposible.  En todo caso ante cualquier posible conflicto entre los intereses  de negocios particulares deben primar los derechos de uso de lo público frente a lo privado.

Es por ello que debemos revindicar el espacio público de verdad, no el espacio privado de uso público (los centros comerciales). Un espacio público que integre dentro del tejido urbano el juego libre e instintivo de los niños, complementando a su vez los espacios aislados como el polideportivo y el campo de fútbol, espacios diseñados para el deporte organizado.

Tal vez fuera este el momento de progresar en este sentido y evaluar la posibilidad de instalar un parque infantil en alguna de las zonas peatonales del pueblo.  Así conseguiríamos avanzar hacia un urbanismo más humano.

Es por esta razón que me llamó mucho la atención cuando leí en el último número de El Pregón, el boletín informativo de la Agrupación Socialista de Miraflores de la Sierra, un artículo que habían publicado previamente en la web, titulado “Pacto irresponsable PP+IU”.

Este artículo hace referencia a una moción presentada por Izquierda Unida para permitir la entrada libre al campo de fútbol de hierba artificial y retirar o cambiar los carteles de prohibición de jugar al balón y montar en bici en las zonas peatonales del centro del pueblo, principalmente la plaza del ayuntamiento y sus aledaños.

En esta entrada me quiero referir únicamente los argumentos que facilitan mis compañeros apoyando prohibir a los niños que puedan jugar al balón o montar en bicicleta por toda la zona peatonal bajo multa de 100 euros.

Estos argumentos, desde mi punto de vista,  son un claro ejemplo de lo que un gobierno progresista no debe hacer. Da la sensación de que a la hora de decidir la colocación de los carteles, estos fueron consensuados solo con los establecimientos de la zona, especialmente con los hosteleros, y no se tuvo en cuenta la opinión de los verdaderos propietarios de las zonas públicas. Los propietarios  no son ni el ayuntamiento, que se debe dedicar a  gestionar lo que es de todos, ni mucho menos los comercios, sino todos los habitantes de Miraflores, tanto aquellos que viven en la zona, como el resto de vecinos del pueblo que tenemos derecho a hacer uso del espacio público, incluyendo, por supuesto, a los hosteleros y sus legítimos intereses.

Félix Santos (FS)

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