¿Recuperamos el pleno Infantil?, ¿ponemos en marcha un pleno juvenil?

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN)  en su artículo 12 establece: “Los Estados parte garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio, el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño”.

En nuestra Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor 1/96 de 15 de Enero en su artículo 7 (Derecho de participación, asociación y reunión), dice que  “Los menores tienen derecho a participar plenamente en la vida social, cultural, artística y recreativa de su entorno, así como a una incorporación progresiva a la ciudadanía activa. Los poderes públicos promoverán la constitución de órganos de participación de los menores y de las organizaciones sociales de infancia”.

Así, podemos concluir que la participación es uno de los derechos fundamentales del niño, entendiendo como participación la libertad de expresar su opinión y, por supuesto, que ésta sea  escuchada, tanto en el ámbito familiar, escolar, social y público.

Hoy más que nunca, necesitamos que nuestros niños/as y jóvenes dispongan de los medios necesarios para hacer efectiva su participación en la sociedad. Por parte de los poderes públicos podrían crearse diversos consejos municipales, así como recuperar los plenos infantiles y crear uno juvenil.

Anualmente se celebraba un pleno infantil en nuestro municipio, pero esta actividad  dejó de realizarse. ¿Por qué no volverla a recuperar?, ¿por qué no hacer pleno juvenil también?, dejemos que nuestros pequeños y jóvenes que serán los “mayores” de un futuro no muy lejano participen, aporten ideas e inquietudes, nos den alguna que otra lección, e incluso, que nos saquen los colores.

Y ya puestos, seamos ambiciosos, una vez consolidados, participemos en las distintas redes que existen al efecto para poner en común todas sus ideas y aportaciones, hagamos que se les procuraren los medios y los  espacios necesarios  para que sus ideas, sus opiniones, sus propuestas y sus denuncias nos lleguen a todos,  a la sociedad y a las instituciones, sencillamente para que oigamos su voz.

Mª Eugenia Lorente (MEL)